Carta de Palma de Mallorca 2012: “Patrimonio cultural en época de crisis”
No hay que confundir la pobreza con la miseria.
La pobreza lleva a la elegancia y a la belleza;
la riqueza lleva a la opulencia y a la complicación,
que no pueden ser bellas.
Antoni Gaudí
Reunidos en Palma de Mallorca, los días 12 a 14 de Octubre de 2012, con motivo del IX ENCUENTRO DE DEFENSA CÍVICA DEL PATRIMONIO CULTURAL, la entidad anfitriona ARCA (Associació per a la Revitalització dels Centres Antics), Asociación Ben Basso de Sevilla, Asociación Ciudadanos por el Patrimonio de Segovia, Associació d’Amics del Castell de Montjuïc de Barcelona y la entidad organizadora SOS Monuments (Associació per la Defensa Cívica del Patrimoni Cultural) también de la misma ciudad, ACUERDAN:
PREÁMBULO
Instalados en plena crisis económica, observando recortes y actuaciones públicas y privadas tendentes a minimizar la atención requerida por el Patrimonio en general, es un buen momento para la reflexión y el aprovechamiento de la situación a fin de encontrar nuevas formas de actuación. Es el momento perfecto para replanteamientos y marcarnos nuevas directrices que optimicen nuestros esfuerzos en la siempre presente e inacabada, defensa del Patrimonio Cultural.
Durante el IX Encuentro de Asociaciones para la Defensa del Patrimonio Cultural en Palma de Mallorca, las asociaciones reunidas visitaron conjuntamente lugares patrimoniales de la ciudad de Palma y de la sierra de Tramontana. Durante el debate de clausura se acordó trabajar principalmente en dos líneas de actuación.
Primeramente, mantener nuestra alerta en la protección, conservación y rehabilitación de edificios, monumentos, centros históricos, barrios, etc, evitando las amenazas de carácter urbanístico, arquitectónico, turístico o cívico que se presentan. Fruto del debate y las visitas comentadas se decidió apostar unánimemente por las necesarias solicitudes de Declaración de Conjunto Histórico, a favor del barrio de Santa Catalina de Palma, y la Declaración de BCIN a favor de la carretera de Sa Calobra, en la sierra de Tramontana, del ingeniero Antonio Parietti i Coll.
Seguidamente, apostar por la necesidad del patrimonio como sector estratégico y de valor esencial para la cohesión social, en un contexto de crisis económica. El Patrimonio debe postularse como motor de creación económica pero renunciando al malgasto y las actuaciones innecesarias que se han ido cometiendo en los últimos tiempos de especulación y bonanza.
Desde esta Declaración de Palma de Mallorca 2012 proponemos siete frentes de actuación para la conservación del Patrimonio, apostando por una menor inversión ajustada a la escasez presupuestaria, pero dirigida y gestionada de manera que garantice mejores resultados presentes y futuros para nuestro Patrimonio. Una inversión planificada y mejor orientada actúa como un activo económico y social rentable, que revierte en el desarrollo de la población, fomentando las actividades económicas, la educación cultural, la identidad y los valores de colectividad y pertenencia.
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Declaración de Conjunto Histórico del barrio de Santa Catalina en Palma de Mallorca
Declaración de “Conjunto Histórico” a favor del barrio y ensanche de Santa Catalina de Palma de Mallorca tratado como unidad desde c/ Joan Crespí hasta Av. Argentina y desde c/ Industria hasta c/ Sant Magí.
Santa Catalina es el barrio extramuros más antiguo de Palma. Su historia se remonta al SXV, pero la creación de su ensanche se inicia en 1869 y se desarrolló hasta entrado el siglo XX. A nivel urbanístico, el ensanche de Santa Catalina es un caso singular. Fue redactado durante la época progresista del Sexenio Revolucionario por los ingenieros militares Nicolás de Cheli y Leopoldo Scheidnagel. Es un caso insólito puesto que los militares eran reacios que construir asentamientos extramuros de sus plazas fuertes como era Palma. El proyecto responde a una época de liberalización y cambios políticos marcados por el inicio de la revolución industrial.
Las características urbanísticas recogen el espíritu innovador de la época y de las más avanzadas teorías de la urbanización como las promovidas por Ildefonso Cerdà, como lo son el trazado regular de sus calles, las manzanas rectangulares no edificadas en su interior y el alcantarillado.
Desde el punto de vista arquitectónico, el barrio de Santa Catalina reúne una gran cantidad de elementos que definen el espacio urbano, característicos del momento de cambio socioeconómico de finales del S.XIX y principios del XX, que convendría preservar como una parte más de nuestro Patrimonio. Los trazos característicos de su tejido urbano y de su arquitectura como la limitación a 2 ó 3 plantas de altura, las cornisas o aleros de los edificios, las esquinas redondeadas de las manzanas o bien las tipologías, la proporciones de las fachadas, los interiores de manzanas, materiales y colores, son cuestiones que también tienen que ser consideradas para su renovación o nueva construcción, al igual que se hace en el Centro Histórico.
La desacertada planificación urbanística actual podría alterar definitivamente la fisonomía del barrio convirtiéndolo en una deformación de lo que fue. El permisivo aumento de la edificabilidad de los solares y de la reparcelación de éstos en solares mayores y de mayor rentabilidad edificatoria, además de desvirtuar las características tipológicas de la vivienda, favorece la sustitución de los edificios originales y el incremento de volúmenes deformadores del paisaje urbano. El criterio para la altura máxima permitida debiera adecuarse a la concepción original del barrio en correspondencia al ancho de las calles, una proporción que hay que preservar.
La normativa es también generadora de los obsoletos e infuncionales chaflanes de manzanas que poco tiene que ver con este ensanche o de los cuerpos volados en la primera planta sobre la fachada de los edificios. Nada de ello es inherente al barrio de Santa Catalina, vulgarizan y despersonalizan el perfil de sus calles y impidiendo el correcto crecimiento del arbolado, además de la destrucción de la línea armónica de las edificaciones preexistentes.
Por otra parte desde una perspectiva cultural, el sentimiento de pertinencia al barrio de Santa Catalina es muy fuerte entre sus habitantes, tanto los que han vivido varias generaciones como los recién llegados. Esta pertinencia es resultado de una evolución social dinámica y particular del barrio dentro de la ciudad de Palma. La cultura popular del barrio debe ser defendida ante la imperante y cada vez más acuciada agresión con una pérdida de los elementos culturales locales, fruto del auge turístico por su oferta en restauración, su proximidad al mar y a la ciudad monumental.
Pedimos declarar del barrio de Santa Catalina como “Conjunto Histórico”, potenciar la rehabilitación y la mejora del patrimonio ya consolidado para una correcta conservación de los trazos que definen la estructura urbana y arquitectónica del barrio, además de respetar a sus moradores que constituyen un patrimonio sociocultural vivo, tanto o más importante que el patrimonio construido.
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Declaración de Bien Cultural de Interés Nacional (BCIN) a favor de la Carretera de “Sa Calobra”
Así mismo se solicita la Declaración de Bien Cultural de Interés Nacional (BCIN), a favor de la carretera MA-2141 de “Sa Calobra” a “Cal Reis” y su continuación hasta “Sa Bretxa” y el gran “Marge de Sa Bretxa”, situada esta última en el término municipal de “Escorca” de la isla de Mallorca.
Esta carretera tiene unos 13 km de largo y asciende desde el caserío costero de “Sa Calobra”, 900 m hasta la carretera MA-10 que recorre la Sierra de la Tramuntana, montaña que ha sido declarada Patrimonio de la Humanidad recientemente.
El gran desnivel tiene un trazado serpenteante verdadera obra de arte por el barroquismo de sus curvas integradas perfectamente en su paisaje cárstico muy accidentado y por las características constructivas a base de piedra al hueso o en seco, que le confiere unos valores expresivos de color y textura destacados, en particular en las grandes piedras de cimentación de la base. Presenta tres puntos de monumentalidad como son “Sa Regata”, un desfiladero tallado en la propia montaña de 5m de ancho, el “Marge de Sa Regata”, muro de 17m de alto más otros tantos de cimentación de un antiguo cauce, hoy cegado, y finalmente, el “Nus de Sa Corbata”, una carretera en forma de hélice con un radio de curvatura de 20m.
El artífice de estas proezas fue el Ingeniero de Caminos, Canales y Puertos, Antoni Parietti i Coll (Palma 1899- 1979), autor también de diversas obras públicas ejemplares como la carretera de “Pollença a Cap Formentor” o MA-2210 (anteriores a la de “Sa Calobra”), abastecimiento de aguas a Palma, proyectos de ascensión al “Puig Major” mediante un funicular, que empezó a construirse y no llegó a completarse por los intereses militares norteamericanos que no quisieron interferencias con su base de control aéreo y marítimo del Puig Major. Fue Promotor también de otras obras de gran contenido sociocultural, como fueron el Patronato de Turismo de Mallorca, el Círculo de Bellas Artes, una Orquesta Sinfónica de Mallorca.
No debería olvidarse como colaboradores esenciales de la gigantesca empresa de la construcción de la carretera de Sa Calobra, a los equipos de “margers” y en particular su capataz, Bernat Llull i Oliver, natural de Sóller.
Desde 1930, fecha en que se modificó el proyecto original para adecuarlo a las nuevas características del tráfico, la carretera de Sa Calobra ha cumplido con creces su función y cometido. Los 5 metros de ancho de la calzada, los 10m de radio de las curvas y los rellenos de piedra seca de la gran brecha de Sa Regata, responden perfectamente a las solicitudes actuales de los vehículos de gran tonelaje y al intenso volumen de tráfico turístico, en especial durante la época estival, apoyándose en los numerosos apeaderos que se reparten a lo largo del arcén de su recorrido. Es por ello, que no debiera existir excusa posible que alegase cualquier insuficiencia técnica del trazado.
Por su vigente valor como obra maestra de la ingeniería, comparable a las más grandes del Mediterráneo, teniendo en cuenta la época, los medios tan primitivos y la técnica considerada como neolítica, se solicita su conservación y la de su entorno más inmediato, a través de la protección de una franja de 30 metros de ancho desde los “marges” laterales, a lado y lado de la carretera y a lo largo de todo su trazado, de manera que se garantice una correcta lectura y comprensión de la obra integrada en el paisaje.
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Debates y propuestas
A continuación se presentan algunos de los temas que fueron propuestos y debatidos durante el encuentro de Asociaciones, que resumen en los siguientes puntos de actuación.
1. Formación
Creemos que la sensibilización de la opinión pública respecto al patrimonio es tan importante como la conservación en sí misma. La consciencia cultural de un pueblo es la mejor arma para la conservación de su patrimonio.
Es necesaria la compresión de la función cultural en nuestra sociedad. Debemos facilitar a la ciudadanía la toma de conciencia del valor del legado cultural como fuente de crecimiento individual y colectivo, así como garantizar la transmisión de su herencia y exigir el cumplimiento de pleno derecho al uso y disfrute del patrimonio por parte de todos. Es por ello importante incidir en los diferentes estadios de formación.
– Desde una actitud cívica, a través de campañas de sensibilización en escuelas de primaria y secundaria, así como para el resto de la población. Apostar por el civismo, pensando prioritariamente en las personas que habitan las ciudades y los poblados? como parte casi intrínseca del patrimonio.
– Desde el ámbito académico, incrementando la calidad de la oferta formativa de técnicos y agentes culturales en la propia universidad y asociaciones profesionales. Impulsar el avance en la investigación, desarrollo e innovación a través de las nuevas tecnologías aplicadas a la conservación, restauración y difusión del Patrimonio, aportando nuevos modelos sostenibles y eficientes.
2. Patrimonio inmaterial
Favorecer la concienciación social hacia un concepto más amplio del Patrimonio que no se limite al que es monumental. Reafirmar nuestra implicación en todo lo que sirva para ampliar su definición, tanto a nivel humano como natural.
Definición que, según la UNESCO, “comprende tradiciones o expresiones vivas heredadas de nuestros antepasados y transmitidas a nuestros descendientes, como tradiciones orales, artes del espectáculo, usos sociales, rituales, actos festivos, conocimientos y prácticas relativos a la naturaleza y el universo, y saberes y técnicas vinculados a la artesanía tradicional”.
Preservar este legado inmaterial, que en ocasiones olvidamos inmersos en la lucha por preservar el patrimonio material, ampliando nuestra atención en la defensa de su comprensión a nivel global.
3. Turismo
Es interesada y necesaria la apuesta por la complementariedad y convivencia entre el patrimonio y el turismo. El turismo supone una entrada importante de capital para la economía española y balear, tanto en el sector de servicios como en el inmobiliario. El Patrimonio actúa como un importante foco de atracción para captación turística y su rendimiento debiera revertir en garantizar* su restauración y mantenimiento, por ejemplo a través de eco-tasas o tasas turísticas.
Existe el reto y la oportunidad, de regular la actividad económica turística para intentar evitar el deterioro del patrimonio por exceso de éxito.
– Desarrollar una oferta cultural y turística de calidad mediante visitas cualificadas y la descentralización de las actividades.
– Marcar las directrices para un uso responsable del patrimonio en las que se regule la desmesurada ocupación del espacio público por intereses privados, degradando la calidad del ambiente y desvirtuando la estética del paisaje urbano o natural. Racionalizar, por ejemplo, la oferta de terrazas y de aparcamientos en los espacios públicos.
4. Urbanismo
Aprovechar la crisis para diseñar nuevos modelos de ordenación del territorio y planificaciones urbanísticas que exijan una mayor coordinación con las normativas de protección patrimonial a fin de resolver los numerosos conflictos urbanísticos especulativos y los incidentes jurídicos colaterales que se presentan entre el derecho al aprovechamiento máximo del suelo y a la conservación del patrimonio construido o paisajístico.
– Exigir de los profesionales implicados en el planeamiento local y los catálogos, liberales o funcionarios, especializados o no, una mayor voluntad y capacidad de coordinación de los objetivos de protección patrimonial frecuentemente separados e inconexos con los aprovechamientos planificados en suelo urbano, así como para alertar a las autoridades y legisladores de las importantes necesidades urbanísticas que requiere el futuro de nuestro patrimonio cultural y urbano.
– Apostar por una planificación integradora que potencie un vínculo más trabajado y preciso entre los planes de protección del patrimonio y el planeamiento general. Una planificación más cualitativa que cuantitativa, que se ajuste a los parámetros establecidos en los catálogos como documentos de relevancia urbanística con el objetivo de recuperar la funcionalidad urbana de los edificios históricos.
– Apostar por la revisión de los catálogos patrimoniales. Por un lado, incorporando estudios detallados para el encaje del aprovechamiento y los usos futuros del bien catalogado, anticipándose a las posibles reivindicaciones de la propiedad. La planificación de los usos futuros, comunes o singulares, es imprescindible para la preservación en sí misma, para la consolidación de la estética urbana y para la correcta valoración económica del edificio protegido. Por otro lado, cabe favorecer la inclusión en los catálogos del patrimonio no siempre debidamente valorado como son los parques urbanos, la arquitectura tradicional y popular, la arquitectura del siglo XX (comúnmente de interés racionalista) y el patrimonio no monumental, entre otros.
– Asumir los condicionantes urbanísticos como inherentes al valor añadido cultural que genera la conservación del Patrimonio y proponer soluciones compensatorias alternativas o incentivos fiscales para la propiedad. A fin de evitar las grandes indemnizaciones por parte del ayuntamiento a la propiedad por una edificabilidad no materializada que inevitablemente conlleva a la compra del inmueble catalogado para destino público, o bien la implantación en el solar de unas intensidades claramente incompatibles con la misma preservación del edificio catalogado, convirtiéndolo en un amasijo de volúmenes discontinuos y en tensión que desvirtúan los elementos conservados, se hace más necesario que nunca la aplicación de calificaciones urbanísticas que permitan la conservación de los edificios históricos dentro de un contexto de aprovechamiento homogéneo o bien a través de las TAU (trasferencias de aprovechamiento urbanístico) y la creación de polígonos capaces de redistribuir estas intensidades.
– Frenar la especulación incontenida del parque inmobiliario en los barrios históricos y desfavorecidos, generadora de procesos de gentrificación de sus clases populares. La salida de su población original supone, además de un abuso, la pérdida de la cultura popular, un importante patrimonio inmaterial que da contenido al continente e imprime carácter y sentido al Patrimonio vivido. Es preciso recuperar el espíritu de compromiso vivido durante los años de la transición en la ciudad de Palma y exigir que la planificación y remodelación urbanística de los barrios históricos conozca y respete las tipologías de sus viviendas como parte inherente a las formas de vida de sus habitantes. Es inevitable citar y suscribir las inmejorables explicaciones sobre las alternativas de remodelación, extraídas del estudio sobre el “hábitat del barrio histórico-artístico del Puig de Sant Pere” en la Ciutat de Mallorca, redactado en 1975 por el equipo de arquitectos del Archivo Histórico “Guillem Sagrera” perteneciente a la Delegación en Mallorca del Colegio Oficial de Arquitectos de Cataluña y Baleares:
“En el convencimiento de que la tipología es el testimonio físico de unas formas de vida determinadas, creemos que constituye un patrimonio cultural indiscutible que debe preservarse de cualquier manipulación exterior a su propio y natural desarrollo. Toda tentativa de remodelación o renovación debe tener en cuenta, en primer lugar, las características tipológicas del área de la intervención y considerar, además, que la renovación, revitalización o modernización, a ultranza, no son, en ocasiones, la única o mejor solución. La forma de las ciudades y los barrios es un largo y lento proceso que refleja el devenir de sus moradores. Cualquier interferencia exterior, como la apropiación indebida por parte de la especulación, es rechazable. Por otra parte, cualquier remodelación que conduzca a formas de vida alternativas u opuestas, y quizás no coincidentes con las propias de la ciudad o barrio, debe contrastarse con el estudio y conocimiento de sus características tipológicas y morfológicas. El estudio sobre el Puig de Sant Pere es ya una base para dicho conocimiento. A partir de ahí, toda propuesta deberá considerar cuales son las posibles y auténticas mejoras de las condiciones de vida de los habitantes del Puig”.
5. Iniciativa privada
La iniciativa privada es una de las fuentes de financiación de la rehabilitación y preservación del patrimonio, que debe ser correctamente regulada para beneficio del patrimonio y del disfrute en general.
– Asegurar que las inversiones privadas de grandes entidades económicas sean respetuosa con el patrimonio y el interés colectivo
– Crear facilidades económicas y técnicas para los propietarios de viviendas o pequeños negocios puedan mantener el patrimonio dentro de sus posibilidades económicas.
– Promocionar los mecanismos de participación de los propietarios en el control y la supervisión tendente a una buena conservación del patrimonio privado. Evitar los abandonos intencionados en busca de una permisiva declaración de ruina económica que tolera la especulación y la degradación de nuestro Patrimonio por parte de sus propietarios. Replantear la desmesurada competencia municipal en la declaración de ruina económica de edificios catalogados.
– Promocionar un mantenimiento periódico del patrimonio por parte de la propiedad, a través de pequeñas intervenciones de conservación, menos costosas, que dinamicen la economía del sector artesanal y de los oficios tradicionales de la construcción como parte inherente del legado cultural.
– Promocionar la rehabilitación del Patrimonio Industrial para su reconversión en equipamientos de nuevas actividades potenciadoras de desarrollo económico, social, y cultural
6. Intervenciones arquitectónicas
– Apostar por intervenciones mínimas Minimizar los contrastes estilísticos y los costes innecesarios.
– Incidir en la importancia y la necesidad de obtener la máxima documentación histórica y técnica posible previa a la ejecución del trabajo. Favorecer Una inversión más económica que garantiza una mayor eficacia de la intervención.
– Apostar por intervenciones menos agresivas en busca de la compatibilidad y reversibilidad de los materiales, técnicas y estilos, a fin que no comprometer estéticamente ni hipotecar económicamente las restauraciones futuras.
– Recuperar la materia antes que sustituirla, máxima conservación y menor inversión, a fin de conservar la autenticidad. Respetar la lectura fidedigna de su evolución histórica, evitando caer en repristinaciones exageradas o falsos históricos.
7. Coordinación
Los tiempos de crisis son tiempos en los que es necesaria la cooperación. Es un momento para que las distintas personas y/o asociaciones sensibilizadas en la defensa del patrimonio aunemos esfuerzos, actuemos coordinadamente, economizando recursos, compartiendo conocimientos, noticias y personal técnico comprometido: arquitectos, urbanistas, historiadores y abogados.
– Mantener y potenciar la red de entidades que velan por el Patrimonio en todo el Estado apostando por la creación de una red de trabajo (web, blog, chat, etc.) abierta a la incorporación de asociaciones, instituciones y expertos que así lo soliciten.
– Establecer vínculos con el resto de Europa (UNESCO e ICOMOS) y elevar a instancias internacionales nuestras denuncias y acciones. Profundizar en estudios y análisis comparativos entre países, a nivel legislativo y de prevención del Patrimonio, en busca del contraste de acciones e ideas, y para el aprendizaje y conocimiento.
– Potenciar la presencia de nuestras asociaciones en comisiones locales y/o autonómicas de patrimonio e influir para lograr una mayor coordinación entre entidades públicas, a todos los niveles.
Palma de Mallorca, Octubre 2012